Hoy, las seleccionadas para este espacio de Negras son Szot Stout (5%), Kunstmann Bock (5.3%) y Salzburg Doppelbock (5.5%)
Comencemos entonces.
Szot Stout
Una Stout que desde el comienzo tiene una buena apariencia. Al servirla, la espuma es abundante y de un color cafe claro, densa y de aspecto cremoso. Su color es oscuro intenso y denso, que no deja ver mucho a través de ella, aunque a contraluz de notas de caramelo oscuro. Se aprecia limpia y de una vivacidad media.
Al percibir sus aromas aparecen claramente las maltas tostadas, con un dulzor leve y con ciertos toques de humo y tabaco. En conjunto a estos aromas inciales, podemos percibir algo de pino o hierbas . Se siente armoniosa y equilibrada.
En boca se siente amarga, de buen cuerpo y bien equilibrada. Tiene el dulce de las maltas perceptible pero en segundo plano. En boca no es tan compleja como se habría esperado de la impresión de que dejan sus aromas. Deja un final seco y largo, de buen recuerdo. Si las Stout son tu estilo de cerveza, esta es una a recomendar a ojos cerrados.
Esta cerveza debe ser una de las más conocidas en lo que a negras se refiere, y no por nada. Recuerden que las Bock son Lagers negras o color caramelo.
Es una cerveza de color caramelo, acercándose al negro, de buen aspecto general. De burbujas pequeñas, deja una abundante espuma, pero que no es muy persistente.
El primer aroma perceptible es el de las maltas tostadas, con ciertos ahumados. Al agitar, se reconoce el dulzor de las maltas y las notas de los lúpulos, bien equilibrados, que dejan una sensación agradable.
En boca, esta cerveza se comporta adecuadamente. Se toma bien. Tiene un amargor agradable y en su punto que contrasta con lo dulce. Final largo y redondo.
Finalmente la Doppelbock de Salzburg. Esta Doppelbock, de buen color café oscuro, tiene notas rojizas a contraluz. De espuma abundante, no persiste mucho luego de ser servida.
Con aromas a maltas sutiles y agradable al comienzo, aparecen con gran intensidad al agitar. De buen equilibrio aromático, se perciben notas de verduras como apio, además de ciertas notas florales. Aunque su persistencia son las maltas bien equilibradas, y los lúpulos sin aplacarlas.
En boca, se percibe diferente. Todo lo agradable se difumina con un fuerte sabor ácido que recuerda al limón y que tapa las maltas que tanto se esperaban percibir después de su buen aroma. Es de amargor moderado y final suave. De mucha carbonatación, casi como gaseosa. La sensación de acidez puede llegar a ser molesta. Al final, en boca, pierde gran parte de lo ganado con sus aromas.
¡Salud!